Hogar Noticias John c. Maxwell: 5 razones por las cuales los sueños no toman vuelo

John c. Maxwell: 5 razones por las cuales los sueños no toman vuelo

Tabla de contenido:

Anonim

Muchos de nosotros nunca vemos que nuestros sueños se hagan realidad. En lugar de volar a través de las nubes, nuestros sueños languidecen como un avión averiado confinado en su hangar.

A lo largo de la vida, he llegado a identificar cinco razones comunes por las que los sueños no despegan:

1. Otros nos han desanimado a soñar.

Tenemos que pilotar nuestros propios sueños; no podemos confiarlos a nadie más. Las personas que no siguen sus propios sueños se resienten de que persigamos los nuestros. Estas personas se sienten inadecuadas cuando tenemos éxito, por lo que intentan arrastrarnos hacia abajo.

Si escuchamos voces externas, permitimos que nuestros sueños sean secuestrados. En algún momento, otras personas nos pondrán limitaciones al dudar de nuestras habilidades. Cuando nos rodean las turbulencias de la crítica, tenemos que agarrar los controles con fuerza para evitar que se desvíen del rumbo.

2. Tenemos la costumbre de conformarnos con el promedio.

El promedio es la norma por una razón. Ser excepcional exige un esfuerzo adicional, una inspiración sostenida y una disciplina poco común. Cuando intentamos dar vuelo a nuestros sueños, tenemos que superar el peso de la oposición. Al igual que la gravedad, las circunstancias de la vida constantemente tiran de nuestros sueños, tirando de nosotros hacia la mediocridad.

La mayoría de nosotros no paga el precio para superar la oposición a nuestros sueños. Podemos comenzar inspirados, pero con el tiempo nos fatigamos. Aunque nunca tenemos la intención de abandonar nuestros sueños, comenzamos a hacer concesiones aquí y allá. Con el tiempo, nuestras vidas se vuelven mundanas y nuestros sueños se escapan.

3. Nos molestan las decepciones y las heridas del pasado.

En la película Top Gun, Tom Cruise interpreta a Maverick, un aviador joven, talentoso y arrogante que sueña con ser el primer piloto de la Marina de los EE. UU. En las escenas de apertura de la película, Maverick muestra su habilidad para volar, pero también muestra un don para empujar el sobre con respecto a la seguridad. A mitad de la película, la característica agresión de Maverick significa desastre. Su avión se estrella y mata a su mejor amigo y copiloto.

Aunque está libre de irregularidades, el doloroso recuerdo del accidente persigue a Maverick. Deja de correr riesgos y pierde su ventaja. Luchando por recuperar su equilibrio, considera renunciar a su sueño. El incidente casi arruina la carrera de Maverick, pero finalmente llega a su interior para encontrar la fuerza para regresar al cielo.

Al igual que Maverick, muchos de nosotros vivimos con el recuerdo del fracaso incrustado en nuestra psique. Quizás un negocio que comenzamos se quebró, o fuimos despedidos de una posición de liderazgo. La decepción es la brecha que existe entre la expectativa y la realidad, y todos nosotros hemos encontrado esa brecha. El fracaso es una parte necesaria y natural de la vida, pero si vamos a alcanzar nuestros sueños, entonces, como Maverick, tenemos que reunir el coraje para enfrentar las heridas del pasado.

4. Nos falta la confianza necesaria para perseguir nuestros sueños.

Los sueños son frágiles. Serán azotados por asaltos de todos lados. Como tal, se les debe proporcionar la fuerza adicional de la autoconfianza.

En los días de Amelia Earhart, se suponía que las mujeres no debían volar aviones. Si no hubiera tenido seguridad en sí misma, nunca hubiera intentado ser piloto. En cambio, Earhart persiguió con confianza su sueño, y fue recompensada con satisfacción y fama.

5. Nos falta la imaginación para soñar.

Durante miles de años, la humanidad viajó por el suelo: a pie, a caballo y en buggy, en locomotora y eventualmente en automóvil. Gracias a los sueños de Orville y Wilbur Wright, ahora saltamos a través de los océanos en cuestión de horas. Los imaginativos hermanos superaron el ridículo y la duda de ser pioneros en la huida humana, y el mundo nunca ha sido el mismo.

Muchos de nosotros jugamos pequeños porque no nos permitimos soñar. Nos atrapamos en la realidad y nunca nos atrevemos a ir más allá de lo que podemos ver con nuestros ojos. La imaginación nos eleva más allá del promedio al darnos una visión de la vida que supera lo que estamos experimentando actualmente. Los sueños infunden energía en nuestro espíritu y nos impulsan a la grandeza.

¡Nunca dejes de soñar!