Hogar Motivación 3 formas prácticas de usar el rechazo para construir resiliencia

3 formas prácticas de usar el rechazo para construir resiliencia

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Anonim

Cuando tenía 6 años, las mujeres en Irán perdieron su derecho a cantar o trotar en público. Justo cuando esta guerra contra las mujeres se estaba convirtiendo en nuestra nueva normalidad, nos encontramos en medio de la guerra Irán-Iraq. Duró ocho años. El impacto de perder seres queridos, la amenaza de ataques con misiles y la lucha por la escasez de alimentos se sumaron a nuestro estrés diario.

Muchas personas se resignaron y se sintieron abatidas o enojadas e irritables. Al mismo tiempo, sin embargo, vi a un grupo de mujeres notables que parecían prosperar en condiciones hostiles. Observé su capacidad para volverse descuidados y usar todos los recursos posibles disponibles para vivir. Ante las raciones de comida, experimentaron con nuevas recetas. Ante el miedo, fortalecieron a su comediante interno, contando chistes y haciéndonos reír hasta que nuestros ojos se humedecieron. Inspirado por estas mujeres, también quería aprender a convertir el estrés en combustible.

Cuando me convertí en escritor, se me ocurrió que quizás uno de los "combustibles de estrés" más abundantes en la vida es el rechazo. Construir y mantener relaciones era esencial para nuestra supervivencia como especie, por lo que los humanos evolucionaron para temer el rechazo. No sé cuán frecuente era el rechazo hace 10.000 años, pero si miramos nuestras vidas ahora, podemos encontrarlo en todas partes: en el patio de recreo, en los bailes escolares, en la búsqueda de empleo, en las citas. Y si usted es un vendedor o emprendedor, o tiene una carrera en el campo creativo, su cuota de rechazo puede aumentar exponencialmente.

El rechazo es tan doloroso que muchas personas dejan de correr riesgos por completo, sintiendo que sus esfuerzos son en vano y que sus metas son inalcanzables. La buena noticia es que hay formas prácticas de aliviar el dolor del rechazo e incluso usarlo como un aliado para practicar el bienestar:

1. Mejora tu granularidad emocional.

Hacer distinciones matizadas entre las emociones nos hace más resistentes. Mediante el desarrollo y el mantenimiento de la granularidad emocional, podemos recopilar más datos sobre cómo ajustar nuestro comportamiento a las circunstancias. Cuanto más grande sea nuestra paleta para describir conceptos emocionales, más ágiles serán nuestras respuestas cuando enfrentemos dificultades, incluido el dolor del rechazo.

Leer ficción y aprender palabras extranjeras para las emociones son algunas de las formas en que podemos mejorar nuestra granularidad emocional. También hay herramientas de inteligencia emocional para ayudarnos a construir una paleta más grande a través de la práctica regular de autoconciencia emocional:

  • Mood Meter te ayuda a ampliar tu vocabulario emocional y regular tus sentimientos.
  • Inside Feedback crea conciencia de sí mismo con registros, entradas de diario y progreso medido.
  • La rueda de la emoción te permite seguir tus sentimientos para que con el tiempo puedas ver tus emociones, sentirlas y responder adecuadamente.

2. Realizar un ritual de rechazo.

Los rituales han sido parte de la existencia humana durante miles de años. Según la investigación, los rituales reducen la ansiedad y mejoran la confianza.

Si acaba de recibir un rechazo doloroso, puede tomar una página de uno de mis amigos escritores y comenzar un ritual de rechazo de darse un capricho y una planta pequeña. Ha perdido peso y su oficina parece un exuberante invernadero.

Un enfoque más poderoso es reunir a una comunidad de pares, como lo hicieron nuestros antepasados, para unirse a usted en las "ceremonias". Idealmente, recibe tanto apoyo y aliento de sus amigos y familiares, que al final, realmente comienza esperando su próximo rechazo. En esta era de aislamiento, reunir a las personas no solo beneficia a los recientemente rechazados, sino a todos los involucrados.

3. Mantener un presupuesto corporal básico.

Cuando anticipamos facturas, ponemos fondos suficientes en nuestra cuenta bancaria. Esto nos ayuda a mantener la salud financiera. Del mismo modo, el organismo predice continuamente el gasto y utiliza los recursos disponibles para igualar esas predicciones. Aquellos de nosotros con mejores predicciones corporales estamos más equipados para enfrentar la adversidad, como la angustia del rechazo.

Algunos de los pasos más obvios para mantener un presupuesto corporal saludable son dormir lo suficiente, comer bien y hacer ejercicio. Piense en una buena noche de sueño, una comida nutricional o un entrenamiento como un depósito generoso en su cuenta. Estos hábitos saludables ayudan a equilibrar las secreciones químicas que afectan las emociones, por lo que cuando recibe esa carta de rechazo, llamada telefónica o, peor aún, silencio, su cuerpo está preparado para el retiro, para responder al dolor del rechazo. Pasar tiempo con las personas que le gustan, la meditación y la risa son otras formas de fortalecer su cuenta.

Por supuesto, hay momentos en que no podemos controlar nuestras circunstancias. Fue entonces cuando las mujeres de mi infancia decidieron cambiar sus perspectivas. Transformaron las líneas de raciones de comida en reuniones de poesía, convirtieron el sótano en un improvisado club de comedia durante los ataques aéreos y cantaron mientras cocinaban. Cuando la angustia y la frustración se volvieron demasiado fuertes, lloraron y nos enseñaron que derramar lágrimas aligera nuestras almas.

Al cambiar su perspectiva, puede cambiar su relación con el rechazo. Piensa en ello como un entrenamiento. Los músculos adoloridos no nos impiden hacer ejercicio porque hemos aprendido a clasificar la incomodidad como un "buen dolor". Del mismo modo, podemos ver un "no" como parte del viaje para obtener un "sí" incluso de una fuente mejor. El rechazo, entonces, se convierte en un buen indicador de la cantidad de riesgos que asumimos en la vida. Desarrollamos nuestros músculos de rechazo y, a su vez, el rechazo nos recompensa haciéndonos más animados, comprometidos y resistentes.