Hogar Desarrollo personal La lección de un papá: 'mantén tu luz brillante'

La lección de un papá: 'mantén tu luz brillante'

Anonim

Mi papá tenía una gran imaginación.

Cuando era pequeño, solíamos jugar un juego de buenas noches que se convirtió en nuestro ritual especial. Él vendría a mi habitación para hablar conmigo y escuchar los triunfos y tragedias de mi día. Cuando se iba, papá tenía una forma de recostarse contra el interruptor de mi puerta y frotarse contra ella para apagar "mágicamente" mi luz, como las velas de cumpleaños en un pastel.

Él decía: “Estoy apagando tu luz ahora, y será oscura para ti. De hecho, en lo que a usted respecta, estará oscuro en todo el mundo, porque el único mundo que conoce es el que ve a través de sus propios ojos. Así que recuerda, Hijo, mantén tu luz brillante . El mundo es tuyo para ver de esa manera. te quiero. Buenas noches."

Solía ​​acostarme allí en la cama después de que papá se fue y tratar de entender lo que quería decir. Era confuso pensar que todo el mundo estaba oscuro cuando dormía y que el único mundo que conocería era el que vería con mis propios ojos.

Lo que papá intentaba decirme era que cuando me dormía por la noche, en lo que a mí respecta, el mundo se detuvo. Cuando me despertaba por la mañana, podía elegir ver un mundo nuevo con mis propios ojos, si mantenía mi luz brillante. En otras palabras, si me despertaba feliz, el mundo era feliz. Si me despertaba sin sentirme bien, el mundo no estaba tan bien.

La orientación de mi padre sobre la autopercepción y el poder en el ojo del espectador fue invaluable. Lo que intentaba enseñarme con su pequeño espectáculo de luces era esto: todo depende de cómo quieras ver lo que sucede en la vida. No hace ninguna diferencia lo que está sucediendo "allá afuera", lo que hace la diferencia es cómo lo tomas.

La belleza (o fealdad) está en el ojo del espectador. La abundancia (o deseo) está en el ojo del espectador. Ser el mejor (o ser mediocre) depende del ojo del espectador.

Entonces, en lugar de enseñarme que mi vaso estaba medio vacío, mi papá me enseñó que mi vaso estaba más que medio lleno. Me enseñó a ver la vida como algo que se abría y se expandía continuamente con nuevas oportunidades y eventos para disfrutar.

Esos rituales de buenas noches con mi padre me enseñaron que no hacía ninguna diferencia lo que decían los otros niños, lo que vestían los otros niños, lo que hacían los otros niños. Su opinión sobre mí no era tan importante. Lo importante fue la forma en que manejé lo que hicieron y dijeron.

Y lo mismo es cierto para usted y para mí hoy … Las opiniones de las personas sobre usted no son lo importante; es la forma en que manejas sus opiniones y acciones lo que marca la diferencia.

¿Cómo impactó tu padre en tu vida o en la persona en la que has crecido?

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