Hogar Bienestar 3 estrategias para menos fanático de la oficina

3 estrategias para menos fanático de la oficina

Anonim

Para mantener la calma cuando una situación se calienta, recuerde responder en lugar de reaccionar, dice Kathryn D. Cramer, autora de Lead Positive: What Highly Effective Leaders See, Say, and Do (Jossey-Bass, marzo de 2014).

“Responder significa adaptar cuidadosamente e intencionalmente tu comportamiento a las circunstancias actuales. Implica el sistema nervioso parasimpático, que se activa cuando el cuerpo está tranquilo y en reposo. Por el contrario, reaccionar significa pasar automáticamente al modo de estrés de alerta alta. Su cerebro procesa automáticamente el problema como un estado de emergencia y su sistema nervioso simpático se activa, preparando a su cuerpo para luchar, huir o congelarse ".

Cramer describe a los líderes altamente efectivos como líderes altamente receptivos, que responden a situaciones difíciles con mucha energía y emoción, en comparación con el miedo y el estrés.

Aprende a canalizar tu propia agresión con las tres estrategias de Cramer para menos asustados:

Estrategia No. 1: Toma 10

Considere este dicho: "La única diferencia entre el miedo y la emoción es respirar". Adopte esta frase como una especie de mantra cuando comience a sentir la ansiedad inducida por el estrés. La acción física (o hacer) de tomar diez respiraciones profundas lo ayudará a interrumpir el ciclo de alerta alta y canalizar su adrenalina positivamente hacia la alta energía.

Intenta respirar hondo diez veces cada vez que prefieras estar emocionado que temeroso. Tomar diez respiraciones crea un descanso en su reactividad, despejando el camino para que su sistema nervioso parasimpático se active. Después de todo, no puede estar tranquilo y ansioso al mismo tiempo.

Estrategia No. 2: Salga del campo y entre en los soportes

Piensa en la diferencia de perspectiva cuando eres un jugador en el campo frente a un espectador en las gradas. Como jugador, tienes una línea de visión más inmediata y más estrecha. Por el contrario, cuando estás en las gradas, puedes ver lo que sucede en todo el campo. Tu perspectiva es más amplia y puedes anticipar las jugadas antes de que sucedan porque puedes seguir el movimiento de todos los jugadores.

En nuestra actividad cotidiana, pasamos la mayor parte del tiempo "en el campo", inmersos intensamente en hacer las mejores jugadas para ganar el juego. A veces, cuando la presión se vuelve demasiado intensa, puede reducir su ansiedad y facilitar la capacidad de respuesta yendo "a las gradas" para ver el panorama general. En psicología, a esto se le llama "ir meta". Si bien aún se dedica a resolver problemas, tomar decisiones y otras actividades diarias, simultáneamente se eleva por encima de la situación para observar la dinámica. Desde esa perspectiva "meta" puede hacerse preguntas como: ¿Qué estoy haciendo? ¿Cómo se comportan los demás? ¿Qué está pasando aquí realmente?

Entrar en las gradas le permite extraerse mentalmente de sus reacciones y las demandas inmediatas del momento. Desde esa perspectiva más elevada puedes ver nuevas posibilidades. Puede interpretar mejor el comportamiento de los demás para encontrar los activos de la situación. Entrar en las gradas le permite comprender mejor lo que los otros jugadores están experimentando, adoptar sus puntos de vista y ponerse en su lugar mental.

Estrategia No. 3: Actuar, observar, reflexionar

La medida en que aprende de sus experiencias pasadas de liderazgo es clave para aumentar su efectividad. El libro clásico Liderazgo: Mejorando las lecciones de la experiencia

por Richard Hughes, Robert Ginnet y Gordon Curphy describe un modelo de Acción-Observación-Reflexión. Así es como funciona.

La premisa del modelo es que una vez que los líderes cometen un acto, deben detenerse para observar lo que sucedió y luego reflexionar sobre lo que se hizo bien (o mal) y qué lecciones se pueden llevar adelante. El modelo exige que los líderes aprendan de lo que hacen. Tomarse el tiempo para observar y reflexionar sobre sus acciones lo pone automáticamente en modo receptivo. Los beneficios también son un tiempo de descanso bien merecido y el cultivo de ricas lecciones sobre qué hacer mejor la próxima vez.

Evalúa lo que estás aprendiendo en función de lo que estás haciendo. Puede lograr esto en la privacidad de sus propios pensamientos, o puede procesar lo que está aprendiendo en voz alta en una conversación con otra persona. Ambos métodos funcionan para ayudarlo a aprovechar sus experiencias de liderazgo por todo lo que valen.